Hoy se inaugura una exposición colectiva en Real Círculo Artístico de Barcelona en la que se reúnen las obras de los becarios de la Fundación Güell en homenaje precisamente a Carles Güell, el promotor de dichas becas, fallecido el pasado 22 de Diciembre.
Cuando gané la Beca de la Fundación Güell, en 2001, el concurso estaba abierto a los miembros del Reial Cercle Artístic y el Reial Cercle de Sant LLuc de Barcelona menores de 30 años. Se habían de presentar cinco obras nada menos, el Albert, un colega de la facultad me ayudo a llevarlas en su coche. Fue una ilusión ganar pues fue mi primer premio de pintura. Se quedaron con esta obra, que era de las "pequeñas", y que es precisamente la primera que pinté en este estilo de tramas, así que para mi tiene un doble valor sentimental, la primera en un estilo y el primer premio:
Leire I. Óleo sobre contrachapado. 92 x 65 cm.
Colección Fundación Güell
Ahora de memoria no recuerdo el importe económico, pero me lo iban dando fraccionado cada dos o tres meses, mientras yo iba trabajando en una exposición individual en el Círculo Artístico, pues ese era el fin al que se debía destinar el importe de la beca.
El dinero me lo iba entregando en estos plazos (y por esto viene todo el rollo) el mismo señor Carles Güell. Y quiero aprovechar estas breves palabras para sumarme a este homenaje a su persona, en un momento convulso en Cataluña y en el que se empieza a echar en falta más gente de seny y conciliadora como el señor Güell en las altas esferas. Tengo un magnífico recuerdo de su persona, un hombre mayor, elegante pero muy amable y cercano. Ahora leo artículos en que se destaca su carácter "encajista" y conciliador entre Cataluña y el conjunto de España y me viene a la cabeza la anécdota de cuando me entregaron la beca en la academia de Sant Jordi; los académicos empezaron a soltar el discurso sobre el arte de los jóvenes catalanes y el señor Güell, conociendo que yo era riojano apostilló, "bueno, y del resto de España", con lógica en una ciudad en que vive tanta gente de fuera, bien sea de paso o para quedarse definitivamente.
Recuerdo también que para entregarme el primer plazo de la beca me recibió en su casa, un chalet que recuerdo en la parte alta, pero tampoco la más exclusiva; yo le enseñé los monotipos que estaba haciendo en aquel momento, que aunque un poco duros le gustaban más que mis pinturas de tramas al ser más claramente figurativos, se ve que era de gusto más clásico, pero aceptaba sin dudar ni por un segundo la decisión del jurado de la beca. Me gustaba que aceptase sin rechistar y con interéscualquier cosa que le llevase sin cuestionar la disparidad de técnicas y estilos, algo con lo que tenía que lidiar contínuamente en la facultad de Bellas Artes. Las siguientes veces me recibió en el Círculo Ecuestre de la calleBalmes, en el que haciendo siempre gala de una gran amabilidad me fue entregando el resto de plazos de la beca, y yo le iba enseñando puntillismos, expresionismos, realismos, casi de todo menos lo que finalmente expuse, que lo pinté como quien dice los dos meses anteriores a la exposición, aunque los bocetos y referencias ya las había comenzado varios meses antes. En fin, un burgués de aquellos que tenían la dignidad de gastar parte de lo que les sobraba en el mecenazgo de las artes, una clase lamentablemente en vías de extinción.
Aquí enlazo un artículo en el que se hace una semblanza que retrata exactamente lo que yo intuí en estas seis o siete ocasiones en que tuve el placer de coincidir con él:
Actualización 13-9-2013:
Adjunto aquí unas fotos de la exposición y de la inauguración.
La expo:
Y la inauguración:
Actualización 19-9-2013:
Foto de grupo, becarios de la Fundación Güell 1983-2013:
