La serie de los grandes desnudos.


Desnudo femenino X.

La serie de los grandes desnudos fue el proyecto que desarrollé para la beca de la Fundación Güell y fui a tope con ella, pasándome por fin al gran formato con cuadros de dos metros.
El concepto era continuar la revisión de temas clásicos con este concepto de pinceladas abiertas y cruzadas. Después de revisar el retrato, un primer conato con la naturaleza muerta y otro con las vánitas pasé al cuerpo humano, el desnudo. Y lo hice desde la perspectiva de aquello que había estado trabajando en la facultad durante cinco años: la figura femenina, la modelo. En cierto modo era un pequeño homenaje, un punto y aparte en esa actividad cotidiana de ejercitar el dibujo a través de las modelos desnudas. Visto ahora con la distancia, supongo que el enfoque es paralelo al de Seurat en sus modelos, las cuales empleaba como excusa para trabajar con su nuevo enfoque pictórico.


El proceso fue similar al de los cuadros de tramas anteriores sólo que aquí el punto de partida no fueron directamente las fotos que realizaba ex profeso para los cuadros sino que fueron, precisamente, mis dibujos de modelo del natural. Primeramente lo que hice fue seleccionar un buen número de dibujos que me parecían interesantes. El criterio que utilicé en dicha selección fue por una parte evitar aquellos que pudieran tener connotaciones eróticas puesto que me interesaba enfocar la belleza del cuerpo per se, amortiguando el deseo, que incita a la posesión más que a la contemplación; y por otra parte evitar aquellos en los que resultase demasiado evidente la “pose” en tanto que gesto artificial, expositivo y buscado. El objetivo era buscar una cierta belleza del cuerpo y naturalidad en el gesto, sin que deje de ser evidente a la vez que lo que estoy pintando son modelos y que están posando. No era el objetivo tampoco convertirme en una especie de Cartier-Bresson del desnudo pintado. Se podría decir que lo que buscaba era una cierta naturalidad y belleza dentro de lo artificial. Si lo conseguí o no creo que no es cosa mía juzgarlo.

Apunte de modelo del natural. Sepia sobre papel DinA4.

Así pues una vez seleccionados los dibujos, el siguiente paso fue coger un par de modelos y fotografiarlas en las poses seleccionadas. Estas fotos son las que servirían de referencia para los cuadros pintados a posteriori. Las fotos las pude hacer en el estudio de foto de la facultad con un fondo negro y un foco decente. En una primera sesión me posó amablemente y gratis! una compañera de piso que a veces posaba en alguna academia de pintura. Y digo lo de gratis porque me vino fenomenal para hacer un montón de pruebas-error que si bien no dieron una sesión memorable, hicieron que cuando llegó la sesión con la modelo profesional estuviese lo suficientemente bregado para que saliera una sesión muy potente a pesar de estar hecha contrarreloj. Esta modelo era precisamente la que había posado para muchos de los dibujos que había cogido de base, por lo que las fotos se acoplaron perfectamente a lo que tenía en mente. La verdad es que las fotos quedaron muy bien a pesar de estar hechas sin muchas contemplaciones. De hecho, si lo hubiera sabido me las habría currado un poco más, puesto que las hice de manera funcional no como fotos en sí, sino como instrumentos para pintar luego un cuadro y no me importaba si salía un enchufe por aquí o la pared detrás del escenario por allá. Pondré sólo una foto como ejemplo puesto que aunque a la modelo le gustaron bastante no le hacía mucha gracia que se fueran enseñando por ahí, más teniendo en cuenta el precio colega que me había hecho.

Foto de modelo.

 Una vez hechas las fotos, descarté las que podían funcionar peor a la hora de usarlas como base para los cuadros y pasé a realizar una serie de estudios en tinta china o aguada para familiarizarme más con los temas antes de pasar a pintarlos.

Estudios de modelo. Tinta china y lápiz sobre papel. 24,5 x 34,5 cm.

Estudio de modelo. Acuarela sobre papel Din A4.

Finalmente el último paso fue fabricarme óleos a destajo, atado a la mesa de mármol con la moleta, tensar los lienzos, imprimarlos y ponerme a pintar. Es curioso, las primeras fases del proyecto coincidieron con una gran época para mi, pero el paso final, el pintarlos, coincidió posiblemente con la mayor debacle emocional de mi vida. En el fondo, pintarlos me sirvió un poco de terapia para los primeros momentos y aunque iba un poco a piñón fijo y por inercia el resultado me parece espléndido. Son de mis cuadros favoritos.

Desnudo femenino X. Óleo sobre algodón. 130 x 130 cm.

Por cierto que ahora me vienen a la memoria algunos de los discos que escuchaba mientras trabajaba en ello, por ejemplo el “Missing link” de Rage cuando me fabricaba los óleos a saco, o el “More” de Pink Floyd pintando los primeros cuadros de la serie. Del mismo modo que, no sé porqué, me acuerdo del “Joe´s Garage” de Frank Zappa cuando pinté los primeros cuadros de tramas. Seguro que escuché muchos más (los primeros de Rammstein! jaja) pero los que he citado han grabado esos momentos de manera que me parece que hubiera sido hace un momento.

   Salón del piso de Consell de Cent tomado al asalto y convertido en taller improvisado.