Onofre


Cartel de la expo "Onofre".

-“Onofre” fue mi primera exposición. Se trata de una colectiva que hice con Silvia Herrera, Natalia Gibert, Mónica Calonge, y Laura Peña (que casi se podría decir que sustituyó a María Montiel, la cual inicialmente iba también en cartel). Salvo Laura, todos éramos ex-alumno/as de Deme Navaridas (ved que merodeé bien). Y, de hecho, fue en una de sus últimas fiestas navideñas del taller Estudio cuando propuse la idea de hacer, por fin, una exposición, una colectiva con la gente de allí que estábamos en bellas artes, aprovechando el buen rollo generalizado que hay entre todos los que hemos pasado por dicho taller.

-Así pues, al acabar el curso, nos reunimos y decidimos concretar la idea, lo más sencillo para unos completos novatos era coger una sala de exposiciones de la Escuela de Arte. Dicho y hecho, solicitamos la sala grande y la pudimos conseguir para septiembre, en plenas fiestas de San Mateo.

-En aquel momento planteamos la exposición sin ningún tipo de pretensión, ni artística ni comercial. Realmente lo que queríamos era ver cómo era esto de exponer, tener una experiencia más y divertirnos, sin más. Eso sí, que no tuviera pretensiones no implica que fuera una chapuza ni mucho menos, pero esto lo digo porque no a todo el mundo le gustó el planteamiento (hombre, que no era la sala Amós Salvador, sino la sala de la ESCUELA de arte; gente que está aprendiendo).

-La obra de los cinco era bastante diversa, ya que no había habido ningún tema, ni planteamiento conceptual previo (simplemente la idea de hacer algo juntos), ni tampoco unidad estilística (la mayoría era figuración, pero había varios ramalazos abstactos –de hecho Silvia expuso un par de abstracciones-, y había pintura, escultura y grabado). Para dar una cierta coherencia y gastar una bromilla nos inventamos a Onofre, un personaje ficticio de todo punto inverosímil, que supuestamente había pintado todas las obras ahí expuestas en diversos períodos de su vida. Nos inventamos su cara creando un Frankenstein a base de mezclar los rasgos de los participantes (esto -cartel- lo hizo Silvia, que se manejaba el photoshop, yo no sabía ni encender el ordenador en esa época) y nos inventamos también una biografía. Ambos, foto y biografía figuraban a la entrada de la exposición, con un reclinatorio bajo su foto para evidenciar el carácter bufo, chusco y de broma del asunto.


Entrada de la expo, mis compis en la mesa y la foto y bio de Onofre.

-Las obras que yo expuse fueron esto, esto y esto (unidas por una cierta tendencia expresionista).
  
A la izquierda el tríptico "Arde el alma", a la derecha la talla "homínido".

-La verdad que estuvo divertido, aquellas fiestas de San Mateo del ´99 fueron básicamente mañana-dormir, tarde-cuidar la exposición, noche-fiesta. Aún me acuerdo de la fiesta de inauguración; les dio por ponerse a cocinar (especialmente) a la madre de Laura y la mía y eso más que un picoteo parecía un banquete de los de fin de cómic de Astérix.

-Después de esta experiencia, de ver un poco cómo funcionaba el tema, no volví a exponer hasta dos años después, ya de forma individual y cuando había conseguido por fin desarrollar un discurso pictórico más unitario y coherente.

Otra vista de la expo.