Como ya he explicado en el post de presentación, el punto de partida elegido ha sido el fanzine "Pasaje al planeta clandestino", una iniciativa que pusimos en práctica Enrique Cabezón (Kb), Blasco DeGamma (le llamaré aquí por el pseudónimo del fanzine) y servidor, Mariano Espinosa, durante el ahora lejano año 1997, y que se extendió, a trompicones, hasta el año 2005.
Es curioso cómo la confluencia de astros que juntó a estos tres elementos tuvo su origen en un mítico taller de cómic que se hizo un par de años antes en La Escuela de Artes de Logroño. Nos juntamos allí lo mejorcito de cada casa. Había cuatro profesores (Juanma Egea, David Lapeña, Jotilla y el mismo Kb) y una docena de alumnos entre los que estábamos Blasco DeGamma, el gran Elreydespaña, que nació allí como quién dice, y yo mismo, qué narices.
Durante el taller, recuerdo que nos repartieron el que a posteriori sería el antepenúltimo número del fanzine “La Ratilla”, en el que estaban metidos varios miembros del taller, especialmente Kb. Era un fanzine de cómic y artículos bastante macarrilla y punkarra, pero también muy fresco, abierto y que mejoraba número a número.
Una vez que acabó el taller seguí viendo de tanto en tanto a esta gente, cuando colaboraba en la revista de cómic del ayuntamiento de Logroño o asistiendo a alguna de las reuniones en las que se fraguaban los fanzines (recuerdo ahora una sobre “El señor gordo”, que era una especie de spin off de “La Ratilla” que sólo incluía cómic).
Siguió pasando el tiempo, empecé Dirección y Administración de Empresas en Bilbao, y lo dejé a los tres meses, volviendo a Logroño con la intención de prepararme para entrar en Bellas Artes. Fue entonces cuando me comentó el Kb que “La Ratilla” había terminado su historia y que quería comenzar otro fanzine con gente nueva. Yo le dije que encantado, que en ese momento tenía tiempo y que contase conmigo. En definitiva, que al poco tiempo estábamos Kb, Blasco DeGamma (que ya había participado activamente en “El señor gordo”) y el nuevo, o sea yo, en el estudio del Kb discutiendo cual debía ser el contenido y formato de la revista, así como el nombre de la criatura. Recuerdo que Kb propuso llamarle “Caucho” pero, tras muchas discusiónes, la cosa se quedó en “Pasaje al planeta clandestino”, “Pasaje” para los amigos.
En cuanto al formato y demás, se optó por las 48 páginas, que serían todo cómic excepto un suplemento central de 8 páginas en papel ocre dedicado a la poesía y a la ilustración de los poemas, todo en blanco y negro excepto las tapas a color. Si mal no recuerdo, el tema de la poesía fue iniciativa exclusiva del Kb y visto ahora me alegro, le daba un toque diferente y culto, entre tanto cómic fanzinero y macarra. El precio era de 200 pesetas, la tirada de 1000 ejemplares (y los agotamos!!!!) y en cuanto a la periodicidad no recuerdo si la queríamos hacer bimestral o trimestral (ay, angelicos). Recuerdo también que nos propusimos crear personajes fijos, Kb tenía su John Holmes, Blasco a sus Aventuras galácticas de Jaime de Funes y Arantxa Mirantes, y yo a Toni Trullo que, afortunadamente, fue sustituido casi a última hora por mis colaboraciones con Blasco en la serie que, entre nosotros, llamábamos “Grandes Crossovers”.
He de reconocer que, aunque participé en todas las tomas de decisiones de la primera época, yo era, de los tres fundadores el que menos peso específico y menos labores desempeñó en el fanzine. Siempre he considerado que Kb, al trabajar el diseño, maquetación y la impresión era seguramente el que se llevaba la mayor parte de curro y Blasco realizaba también una intensa labor de coordinación y de búsqueda de colaboradores además de llevar la corresponsalía de Madrid. Yo, al poco de trasladarme a Barcelona, me fui desvinculando paulatinamente y, básicamente, lo que hacía era dibujar y llevar la corresponsalía en Barna, es decir distribución, recaudación y contacto con los autores colaboradores de la ciudad condal, que tampoco es que estuviera mal, pero no me voy a poner medallas que no son mías.
Es decir, que fueron mis compañeros los que consiguieron las colaboraciones de primeros espadas del cómic nacional como Miguel Ángel Martín, Mauro Entrialgo, Javier Olivares, Pedro Espinosa, Luís Duran, Tamayo, Trepax o Keko, sin olvidar tampoco a gente de nuestra promoción como Elreydespaña, Ángel Rodríguez Campoy y tantos otros que hicieron que los primeros números del fanzine tuvieran una gran calidad.
El número 0 del “Pasaje” salió durante el otoño-invierno de 1997-1998 y la verdad que fue genial repartirlo por las librerías especializadas, la facul, el Salón del Cómic etc.Cuando estábamos trabajando para el número 1 nos invitaron al concurso de fanzines que se celebraba en la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián. La cuestión era que en cosa de un mes había que preparar un minifanzine (creo que eran 16 páginas) con los temas que el festival proponía, y se hacía una edición que no se vendía, sino que se regalaba a los espectadores, los cuales decidían cual era el fanzine ganador. La verdad es que nos lo curramos, el número 0,5 (primero para el festival) contaba con portada de Javier Olivares, solapas a color de Elreydespaña, cómic de Keko etc. Quedó majo pero no ganamos, ni en ninguna de las siete convocatorias siguientes, lástima. Es curioso pero, a la larga, fue este festival el que mantuvo el fanzine vivo (aunque fuera con respiración asistida) durante muchos años.
El número 1 se fue retrasando, y finalmente apareció para el Salón del Cómic de 1999. Y fue en este Salón donde empezaron a surgir las primeras disensiones en la redacción. Creo recordar que las diferencias se acentuaron durante la elaboración del número para la Semana de Cine Fantástico y de Terror de Donosti de ese mismo año y esto, junto con la mayor implicación con el cine por parte de Blasco, la poesía y el cómic profesional por parte de Kb y la pintura por mi parte, hicieron que el proyecto quedase bastante parado, descongelándose momentáneamente cada otoño para la elaboración del correspondiente número extra para San Sebastián.
Cómo consecuencia de esto, nunca apareció el número 2, y el caso es que publicamos seis números después del número 1 pero, cómo todos eran de distribución exclusiva para el público de la Semana de Cine Fantástico y de Terror los íbamos numerando 1,5-1,7-1,95-Casi dos…Demencial no? Publicamos diez fanzines y no conseguimos llegar al número 2, jajaja.
Visto en perspectiva, uno no deja de preguntarse después de ver los números que conseguimos cuando teníamos 18-20 años, hasta dónde podríamos haber llegado más adelante si no hubiéramos ido perdiendo la ilusión. Pero así es la vida. Para mí fue una experiencia bonita, que dio un aliciente más a mis primeros años en Barcelona.
En esta página de 4 de Agosto hay un desglose de los autores que participaron en cada número.